A las 20h, se jugaba en La Rosaleda el último partido de Liga para Real Madrid y Málaga.
El conjunto malagueño había tenido una mala semana. La UEFA los había castigado por impagos y no podrán jugar el año que viene en competiciones europeas.
Mourinho sorprendió con un once donde dejaba en el banquillo al capitán blanco y ponía en la portería al canterano Adán.
Los jugadores de ambos equipos, antes del encuentro, lucieron camisetas apoyando al entrenador del Barcelona, Tito Vilanova.
Cuatro minutos después de que el árbitro pitara el comienzo del partido, Willy Caballero para un disparo de Cristiano y salva el primer gol.
En el 25', Cristiano asiste a Di María, que logra superar a Caballero con un globo espectacular pero la defensa del Málaga logra salvar el tanto del argentino.
La primera parte acaba con empate a 0. En los primeros minutos, el Málaga no creó peligro ya que no tocó mucho el balón. Poco a poco se fue metiendo en el partido pero el Madrid dominaba.
En el 49', el jugador revelación de esta temporada, Isco pone el 1-0 en el marcador. Joaquín da un pase a Isco, busca un hueco y saca un disparo pegado al palo que no logra parar Adán.
En el 64', Benzema remata en el área pequeña, golpea en Sergio Sánchez que ayuda a la pelota a entrar en la portería de Caballero. Jugada extraña que acaba con el empate del Madrid.
En el 72', el balón queda suelto tras una parada de Adán ante Joaquín, Roque Santa Cruz empuja el balón. Volvía a adelantarse el Málaga.
Tres minutos mas tarde, llega la locura en La Rosaleda. Joaquín da un pase por la derecha y Roque Santa Cruz bate a Adán.
En el minuto 82, Camacho se duerme, Özil le roba el balón y da un magnífico pase a Benzema para que marque.
En los últimos minutos el Madrid lo intentaba pero el Málaga se metió atrás.
El partido acabó 3-2. El conjunto blanco lo intentó hasta el final, pierde los tres puntos y se coloca a 16 del líder y a 7 del segundo, el Atlético de Madrid.
El conjunto andaluz no lograba ganar al conjunto merengue desde hacía 29 años.
El Mou Team necesita descansar y meditar sobre qué están haciendo mal. Este equipo es el mismo equipo que el año pasado ganó la Liga pero el carácter, la motivación, el coraje... ha cambiado.
Tras el partido, he leído críticas a muchos jugadores y al técnico portugués. E incluso, he llegado a ver, cómo algunos madridistas pedían la destitución de Mourinho y que volviese Pellegrini.
Otra estupidez que he leído ha sido: ''Mourinho se está cargando la Selección española al dejar a Iker en el banquillo''. Mou es el entrenador y sabe cómo juega cada jugador ya que los ve todos los días entrenando. Si Casillas necesita un toque de atención para que espabile, me parece bien. Además, cuando Tito Vilanova ha puesto de titular a Alexis Sánchez en vez de a Villa, nadie dijo nada. Sólo se critica algo cuando es Mou quien lo hace, si lo hace otro técnico ni se menciona.
Antes de que llegara el míster, los eliminaban en octavos de Champions y los humillaban en Copa del Rey un equipo de Segunda B.
Gracias a él todo cambió. El primer año, ganó la Copa del Rey ante el Barcelona. El segundo año ganó la Liga y quedó semifinalista en Champions. Y esta temporada, le ha ganado al eterno rival, la Supercopa de España.
Esta temporada, el Madrid no está centrado y todos saben que la Liga está muy complicada por no decir imposible pero ya vendrán tiempos mejores en las que el capitán levantará títulos y la afición blanca volverá a disfrutar.
Los verdaderos aficionados son los que están ahí siempre, apoyando a su equipo en lo bueno y sobre todo en lo malo, los que no buscan culpables después de un tropiezo y los que siempre apoyan a un jugador o entrenador cuando se equivoca.
Cuando el Real Madrid vuelva a ser campeón, los que se bajaron del carro y criticaron a Mou o a algún futbolista, volverán a ovacionarlos y a decir que son los mejores. Pero los verdaderos aficionados son los que permanecen pase lo que pase.
El Bernabéu necesita una afición que se deje la garganta animando y que aplaudan cuando un jugador esté mal. Pero no necesitan a ''madridistas'' que van a comer pipas y a silbar a los jugadores o cuerpo técnico cuando fallen.
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